CREACIÓN LITERARIA CON Y PARA NIÑOS DE INFANTIL
En este bloque 3, teníamos que elaborar un cuento con o para niños de infantil. Yo he elegido un cuento con niños. Estuve con mi prima pequeña Loreto de 8 años y le dije que me escribiera un cuento inventado por ella.
Aquí os dejo el cuento que elaboró ella con su propia imaginación:
Hay frases que no se entienden muy bien, por lo que he escrito de nuevo por si hay alguna duda:
“EL REINO DE LA BUENA MAGIA”
Cuando Paula me estaba contando su curiosa historia, oí una voz que me llamaba: ¡Loreto, Loreto!
Miré y ví que la voz provenía de la máquina misteriosa. Avisé a mis padres y a mis hermanos, con mucho cuidado abrimos la puerta y sin hacer ruido entramos los cinco.
La voz era cada vez más débil.
Yo pregunté: “¿Quién eres?”
En un abrir y cerrar de ojos estábamos en el Reino de la Buena Magia frente a la gran Archimaga Lourdes. Casi no podía hablar, necesitaba ayuda porque ella sola con su pequeño aprendiz Gabriel no podían defender el Reino del ataque de los dragones.
Yo le dije a la Gran Archimaga: “No te preocupes, mi familia y yo te ayudaremos. Con tu magia y la del aprendiz Gabriel podremos llamar a todos los enanos del bosque, que nos ayudarán a vencer a los dragones”.
Mis hermanos Guzmán, Gonzaga y yo nos concentramos para llamar a los enanos con el poder de nuestras mentes. Poco a poco comenzaron a aparecer enanos y enanos por todas partes. Ana, Inés, Elena, Lucía, Sara, Sandra, Miguel, Jaime, Kerlin, Sofía, Paula, Guillermo… Así hasta 27, todos se inclinaron ante la Gran Archimaga y se pusieron a mis órdenes. Tenía que organizarlos a todos para proteger el Reino de la Buena Magia. A lo lejos ya veíamos a todos los dragones que se dirigían a atacarnos.
Todos los enanos empezaron a ponerse nerviosos e iban de un lado para otro.
Yo les dije: “Tranquilos, haced un círculo alrededor del Palacio de la Gran Archimaga”.
Ellos despacio, pero con la cabeza alta y una medio sonrisa en la cara, hicieron lo que les mandé.
Mi familia, la Archimaga, el pequeño aprendiz y yo entramos dentro del círculo y con nuestra magia conseguimos hacer una campana protectora alrededor del palacio.
Los dragones, que ya estaban allí, se lanzaron contra nosotros porque no se habían dado cuenta de la protección del Palacio y empezaron uno a uno a chocarse contra ésta, cayendo muchos al suelo malheridos.
La campana resistía al ataque de los dragones, pero éstos se levantaban del suelo, batían sus alas y volvían a atacar.
Había que buscar otra solución.
La Archimaga y yo nos miramos; en su cara había tristeza, pero yo la sonreí: se me acababa de ocurrir un plan fantástico.
Empecé a decir el hechizo: “Por arte de magia los adultos serán crías” y lo lancé contra los dragones.
En un momento, todos aquellos gigantescos dragones se habían convertido en diminutas crías. Todos menos uno, el gran dragón dorado que en el momento de lanzar el hechizo había levantado el vuelo y el hechizo no le dio.
Tuve que pensar rápidamente y lancé el hechizo de hielo contra el gran dragón dorado, le dí de pleno y le congelé.
Todos los enanos y enanas aplaudían y gritaban: “¡Viva Loreto! ¡Nos ha salvado!”
La Gran Archimaga estaba sonriendo y junto a ella el pequeño aprendiz Gabriel también sonreía.
La Gran Archimaga Lourdes me nombró princesa del Reino de la Buena Magia.
Les había salvado de un gran peligro y así me lo agradecían. Organizaron una fiesta en mi honor y cuando estábamos bailando se oyó a mis padres que gritaban: “¡Mirad la máquina misteriosa! ¡Está arrancando!”
No había tiempo de despedidas. Los cinco nos dirigimos hacia la máquina misteriosa y entramos en ella. Antes de entrar pude ver cómo la Archimaga y el aprendiz nos decían adiós y todos los enanos y enanas algunos con lágrimas en los ojos, movían sus pequeñas manos en señal de despedida.
Se oyó la gran voz de la Archimaga que decía: “Gracias, nunca os olvidaremos”.
Nos íbamos tristes y contentos porque nunca olvidaríamos a esos grandes amigos a los que habíamos ayudado.
En un abrir y cerrar de ojos estábamos en el salón de mi casa y allí junto a nosotros, apareció una pequeña figura de un dragón dorado, que siempre nos recordaría la maravillosa aventura que habíamos vivido.
¡Qué aventura!
Bueno... tu prima ya tiene 8 años y es obvio que sabe escribir. No veo tu participación en el cuento y tampoco veo el formato libro (tenía que ser un libro ¿recuerdas?).
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